Me habían hablado montones de veces de Primark. Pero como no vivo ya en una gran ciudad, me resultaba complicado hacer una visita y echar un vistazo a las maravillas que me habían soplado de esta cadena inglesa.
Este verano, en mis vacaciones, tuve la oportunidad de ir.
Y la verdad, en cuanto a la moda femenina me llevé una gran desilusión.
Entiendo, que satisfaga la demanda de adolescentes: cuanto menos dinero se gasta y más variedad se compre, mejor (ya me hubiese gustado a mí a los 17 !, pero me tuve que conformar con una visita muy de vez en cuando a Zara y Mango, que en aquél momento no me parecían nada baratos y a mis padres, menos).
Desde luego, mis demandas , no quedaron satisfechas.
Calzado de muy mala calidad. De tan mala calidad, que ya podía ser el más atractivo diseño.
La ropa, me pareció tan..., tan...., que no me pareció nada.
Pero, como soy tan "apañadita", saqué mi propia conclusión y para mis necesidades:
-complementos baratos, baratos. Compré tres cinturones trenzados para combinar de mil maneras y un pañuelo precioso, que puesto queda la mar de bien.
- ropa de hogar básica a muy buen precio, poca variedad, pero recomendable.
En fin, que tantas ganas acumuladas de ir , se descorcharon sin ruido y sin fuerza.
Pero eso sí, en la saca: tres cinturones, un pañuelo, cuatro fundas de almohada y un juego de sábanas.
Menos mal que no me gustó. A lo mejor en la próxima visita tengo más suerte.
